Kentukis

Casi siempre comienza en los hogares. Ya se registran miles de casos en Vancouver, Hong Kong, Tel Aviv, Barcelona, Oaxaca... y se está propagando rápidamente a todos los rincones del mundo. No son mascotas, ni fantasmas, ni robots. Son ciudadanos reales, y el problema -se dice en las noticias y se comparte en las redes- es que una persona que vive en Berlín no debería poder pasearse libremente por el living de alguien que vive en Sídney, ni una persona que vive en Bangkok desayunar junto a tus hijos en tu departamento de Buenos Aires. En especial cuando esas personas que dejamos entrar a casa son completamente anónimas.

Los personajes de esta novela encarnan el costado más real -y a la vez imprevisible- de la compleja relación que tenemos con la tecnología, renovando la noción del vouyerismo y exponiendo al lector a los límites del prejuicio, el cuidado de los otros, la intimidad, el deseo y las buenas intenciones. Kentukis es una novela deslumbrante que potencia su sentido mucho más allá de la atracción que genera desde sus páginas. Una idea insólita y oscura, tan sensata en sus reflejos que, una vez que se entra en ella, ya no se puede salir.

Samanta Schweblin, es una escritora de nacida en Argentina pero que actualmente reside en Berlín.

Es considerada una de las mejores cuentistas y es que sus libros así como los premios que ha ganado dicen por que le dan este título.

Con tan solo 41 años ha publicado varios libros, entre los nombrados están:

- Kentukis.

- Distancia de rescate.

- El núcleo del disturbio.

- Siete casas vacías.

- Pájaros en la boca.

Una escritora que sin duda seguiré leyendo.

¡Pero que maravilla de libro y escritora! Logró que me paralizara del miedo con una realidad que está por ocurrir con todo este avance tecnológico y capitalista. Al pasar cada página me preguntaba ¿por qué las personas quieren ser observadas? ¿por qué sentimos la necesitad  de ver la vida de los demás? ¿por qué si por naturaleza los seres humanos tenemos que relacionarnos y socializar, lo hacemos con las máquinas y no con las personas o un ser vivo?

Este relato/novela futurista nos cuenta como las personas compran unos animalitos robotisados que se llaman "Kentukis". Éste pequeño robot es controlado por una persona a la que no conocemos y con la que no podemos crear contacto de forma directa como lo son actualmente las redes sociales, el Kentukis solo es un observador. 

Hay dos componentes en esta ecuación, quien compra el "juguete" para llevarlo a casa y se convierta en nuestra nueva compañía y por otro lado están las personas que compran la licencia para manejar dicho artilugio robótico, ¿un poco aterrador no? Yo no me pude sacar de la cabeza que estas personas observaban 24/7, ¿y mi privacidad? sólo la tienes de acuerdo a los límites físicos que tu pongas ya que el robot se puede mover por donde quiera ¿eso no es acaso? la respuesta es no, porque tu estás dando tu consentimiento tácito al comprarlo.

Por lo que yo pude percibir de las emociones de los personajes en este libro, las personas compradoras de Kentukis lo hacían por que estaban en un periodo de su vida crítico, se sentían solos e ignorados, en cambio los que compraban la licencia para manejo del Kentukis tenían la euforia de saber con que animal robótico los iban a vincular y en que lugar estarían. Afortunadamente la autora no colocó en este relato un personaje que fuera acosador, pedófilo o que se dedicara a realizar crímenes.

Leer sobre estos temas con la pluma tan ágil de Samanta me dejó impactada, en unas partes quería llorar y en otras sentía tal frustración al saber que las personas hacían vínculos fuertes con la tecnología y no con los miembros de su núcleo familiar, eso en verdad sí es triste.

La tecnología e inteligencia artificial está avanzando a pasos agigantados y considero que el ser humano aún no está preparado para estos cambios, ya que olvidamos que la comunicación y convivencia es fundamental para el desarrollo de la sociedad. Es cierto que tenemos necesidad de encontrar un grupo al cual pertenecer, donde encajar, sin embargo olvidamos las reglas esenciales y es impresionante como nos vinculamos emocionalmente con una máquina de un forma tan fácil y automática en lugar de hacerlo con personas que tenemos a nuestro alrededor o incluso con los seres vivos del planeta. 

Con el argumento anterior no quiero confundirlos al que ustedes crean que estoy en contra de la tecnología, ya que eso está tan lejos de la realidad. Yo amo todos los avances y cambios que estamos viviendo, pero lo realmente importante es no desconectarnos del mundo real y físico.

Para terminar solo quiero decirles que éste libro lo leí en tan sólo un día, es tan adictivo en prosa y línea argumental que es casi imposible dejarlo.

¿lo han leído? Si es así por favor déjenme sus comentarios que en verdad necesito desahogarme con alguien!!!